lunes, junio 21

Una nueva despedida


¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
!No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.

Nezahualcóyotl 



Nuevamente la vida me recuerda, con un suceso cargado de sabor agridulce, lo corta que suele ser. Las circunstancias, paradójicamente, me obligan a despedirme a la distancia pero con la dicha de por lo menos acompañar el santuario que resguardó durante unos años, que parecen hoy tan pocos, el alma noble de un buen amigo. 

Siempre me pregunté el hecho de que para conmigo resguardaras y abrieras tanta confianza, me supiste un confidente en no pocos temores y compartiste sin reserva tus sueños y anhelos; los últimos, en aquella lejana noche  en el lobby de un hotel, donde demostraste tu convicción frente al destino incierto que te acechaba . Valoraré por siempre tu presencia y agradeceré a Dios la oportunidad de conocerte aquí aunque fuera, en el tiempo eterno de la historia, nuestra amistad un breve momento. Supiste ser un hombre firme en lo  tuyo, recuerdo la lucha por alcanzar a quien amabas frente a todo reto, obstáculo o circunstancia.

Mi querido amigo, descansa en Dios, que bien le mereces. Nosotros, con la Fe puesta en el horizonte, queremos alcanzarte. Y es grandioso, ¿sabes?, que ese instante haya podido coincidir con tu tiempo, con la plenitud de tu vida. Viaja ligero y ten presente a los que aquí seguimos. ¡Gracias!

miércoles, junio 9

Algo de la libreta personal

Comparto algo de mi libreta personal, se escribió en diciembre del año pasado. Más de 6 meses y sigo convencido de lo mismo y por momentos, francamente, preocupado hasta la médula. Hoy no ha sido la excepción con los 20 kilitos de C4 descubiertos en la roma.


Si bien los medios, expresión de poder fáctico, al que hago referencia, acaban de anunciar con bombo y platillo la "Iniciativa México", proyecto de validación de proyectos para financiamiento, que no sé por qué me huele a reality chou, no sé hasta que punto su compromiso sea profundo por un cambio a la realidad social. Ojalá así sea, pero el tiempo dirá sobre la intención oculta (sea noble o carente de nobleza). 





Reflexiones desde la ventana de una ladera
Diciembre 2009
Agradeciendo la oportunidad del viaje y el cambio de actividad que estas fechas involucran, en la medida de las posibilidades de nuestra familia, hemos tenido el deleite de encontrarnos desconectados del mundo noticioso y mediático por considerable número de jornadas.
No ha habido internet, no ha existido el hábito de dormir una vez informados por los medios televisivos, e incluso el radio ha estado silenciado. Eso ha sido verdaderamente un gran desintoxicante. Entiendo que no pocos mexicanos viven algo similar pues su vida discurre sin noticias, sin enterarse de lo malo que ocurre con los políticos, con los narcos, con las huelgas, los sindicatos, la inseguridad, el temor, el pánico. México fuera del D.F., y fuera del contexto urbano, está considerablemente retraído en otras muchas cosas. La pobreza es una preocupación cotidiana del México real aunque esté presente en el discurso y en el ámbito de ese México que construyen los poderes fácticos y los noticieros, todos hablan de que hay que resolverla pero los poderosos dicen una cosa y hacen otra. No sólo los poderosos económicamente hablando, sino cualquier especie de la misma ralea, de esos que tienen mucho más que otros y que no comparten.
Lo he pensado antes y ahora lo confirmo, mientras la esfera pública camina por un lado, la realidad de nuestra nación camina por otro. Pocas veces se han encontrado, más bien creo que son líneas paralelas condenadas al olvido de la posibilidad que reviste el tornarse perpendiculares. Y es que a pocos esto les interesa. Es la conservación del sistema, cueste lo que cueste, lo que se impone sobre la urgencia de transformar una realidad injusta y tóxica que a todos nos hace inmunes en el hecho de podernos reconocer en el otro, en quien con su mirada reclama de nosotros una respuesta, un planteamiento, un apoyo, una ayuda, una mejora.
México seguirá dormido esperando la venida de Quetzálcoatl y seguirá siendo dominado por unos tlatoanis de segunda que pretenden comportarse como dioses falsos que no alumbran un ápice esta noche que se nos ha venido encima. Poco puede hacerse por parte de quienes nos damos cuenta de la resignación en la mirada de quienes no tienen que esperar nada de la vida que parece haberles negado todo. En este México dormido hay odio por el olvido de la realidad por parte del constructo ficticio que se ha erigido, y el odio, como quiera verse, siempre será preocupante, y sobre todo, nos recuerda que sin remedio cualquier mal nos conduce a la muerte.
Me preocupan los que conmigo comparten estos tiempos, inmersos en este chispeante caldo de cultivo, y me preocupa aquello que he pensado mucho a partir de la reflexión circular de mi buen amigo Betoman en alguna reunión libresca, en una noche de un septiembre ya pasado: “Todo pueblo tiene un inicio y un final”, ¿estaremos cerca?...

jueves, junio 3

Decidir detrás del escritorio




Probablemente el extinto mayo sea un mes, lleno de recuerdos positivos, pero de decisiones difíciles que tuve que asumir y sobre las que aún cargo con ciertas consecuencias (tanto positivas como negativas). En la vida, aterrizanda en el ámbito que se guste y mande, hay siempre que tomar una alternativa y eso implica costos, por un primer tema, y por otro, implica todo un desagaje de nuevas y variadas decisiones que a su vez nos pasan factura para llegar a nuevas realidades donde, ¿qué cree? también debemos decidir.

Súmele Ud. que las decisiones, que tomamos todos todos los días, tienen un peso mayor si anda uno embadurnado de cierta sustancia añeja conocida como "responsabilidad" por el hecho de estar o presidir cierto determinado espacio o función; no quiero recordar aquello de héroe adolescente gringo ciertamente inútil ("un gran poder viene con una gran responsabilidad") pues me produce náuseas. Pero en sí misma la responsabilidad es un tema que podría agotar muchos post´s y  muchos blogs sin que siquiera hayamos desentrañado sus complejidades más elementales.

Los que permanecen ajenos al ámbito de decisión sobre determinada cuestión, al tomar Ud. una de las alternativas, la que considera mejor, suelen clasificar su rechazo o desagrado soltando aquello de que "decidir detrás de un escritorio siempre será equivocado". Tengo mis dudas por conocer algo de la naturaleza humana. Intentaré explicarme mejor.

Todos quienes en alguna ocasión hemos tenido sobre nuestra espalda el peso de la decisión de otro sobre nosotros podremos llegar a experimentar algo similar. Cuando la decisión acarrea mayores beneficios para mí, el que decide merece el adjetivo calificativo engalanador que primero venga a la mente; piénsese por ejemplo, en "justo", "sabio", "adecuado", por decir algo. Sí, en cambio, quien decide no lo hace a mi favor recibirá alguna serie balanceada de adjetivos calificativos negativos y de improperios no dignos de repetirse ante los ojos que ahora me leen. La ley me gusta cuando me cumple, la ley me desagrada cuando me obliga a cumplir aquello que no quiero y a lo que no le concedo importancia.

En resumen, cuando decides en favor de alguien éste, si promueves su persona, te aplaudirá pero, si no promueves su persona o le afectas, tenderá a rechazarte. Todos conocemos el caso mexicano típico de cierto mesías tropical (usando el mote dado por Krauze), de cierto politiquillo de cuarta con delirios napoléonicos y santaanistas de grandeza. ¿Será que todos tenemos algo de AMLO cuando alguna decisión "plancha" nuestros abundantes, rozagantes y afirmantes derechos malentendidos de voluntad y de lo que  se nos de la gana? Nuestro desarrollo moral verdaderamente está por los suelos: hacemos las cosas para evitar castigos y para que todo mundo nos de palmaditas en la espalda.

Cuando uno decide detrás de un escritorio, hay un dato que se escapa al afectado quejoso, se dispone de  cierta información que es necesario corroborar, y como uno no anda con fuego en las manos, antes de decidir corrobora que dicha información sea fidedigna. Es lo mínimo que puede hacerse. La responsabilidad no se toma a la ligera; creo que pocos sí se lanzan al ruedo como los emperadores romanos que no serán comidos por los leones por la defensa de sus esbirros; yo por lo menos, cuando se trata de entrar en este circo, primero voy asomando la cabeza antes de correr al centro y burlarlme de los leones en sus fauces. 

Creo que las acciones pequeñas nos definen; si en las acciones pequeñas procuro tener orden, coherencia, respeto y sobre todo, en el tema que me ocupa, honestidad, será más fácil que las decisiones que tome sean acordes a lo que se requiere en mi contexto, pero también la decisión de otros sobre mí necesariamente atraviesa mi conducta y en este sentido la decisión será más probable que, en mi percepción, "me beneficie".

No quiero decir con esto, el otro lado de la moneda: "Decidir detrás del escritorio, siempre será correcto"...¡desde luego que no!. Todos podemos equivocarnos y todos podemos por un momento desconectarnos de nuestra moral y principios y actuar en forma contraria, lo importante es estar alerta para enderazar el rumbo. Yo, con todo esto, sólo digo que la responsabilidad no se toma a la ligera, o no debería tomarse, y que esa idea del jefe despreocupado y desinteresado que apunta el dedo flamígero sobre sus colaboradores, ante no tener nada mejor que hacer, no cuadra mucho conmigo. Me cuesta tomar decisión difíciles, como a muchos, y me duele a veces tener que hacer valer el orden cuando es necesario.

Sería bueno hablar de este tema de la responsabilidad un poco más adelante. 

P.D. Gracias, por cierto, a todos los nuevos visitantes que amablemente me han girado correos electrónicos...a los de siempre, un gran, fuerte y responsable abrazo.

Foto obtenida de: http://www.artesanum.com/upload/postal/6/8/5/escritorio-1-8911.jpg