martes, abril 26

Profanadores en épocas Marcelianas

Fue en 2007, lo recuerdo bien, apenas el segundo post de este blog; y ahora, lo sucedido en Domingo de Pascua me hace tenerlo más presente que nunca.

El Universal lo presenta así, por su parte Excelsior indica otra nota, y Milenio da esta versión sobre la liberación de los sacrílegos. Digo sacrílegos, no por ofender, sino en descripción de su conducta de acuerdo a la palabra sacrilegio "Lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrados" según RAE. Por cierto, que la foto que presenta Milenio, en el enlace puede verse, da cuenta de la "emoción" de una de las personas involucradas al momento mismo de ser "invitados" a salir por el personal de seguridad.

Quienes irrumpen una celebración, por el motivo que sea, y dentro de la misma rompen en mil pedazos una imagen que los fieles ahí congregados venerán, aunque a los profanadores les pertenezca, no pueden aducir que su protesta tiene algún sustento lógico. No hay lógica en la agresión y en la provocación. Como he dicho, y ahora subrayo, quien exige respeto debe en primer lugar proporcionarlo.

Lo más anecdótico del caso es que Don Marcelo Ebrard condena públicamente la agresión, cuando es quien reta a otro jerarca a ver quien tiene más "masculinidad" según se presenta en esta nota. Me queda claro que él no es responsable de lo sucesos, ni siquiera tengo "pruebas" de la participación o no del PRD, pero habría que analizar qué tanto influye la "molestia personal" del Jefe de Gobierno contra la Iglesia en crispar los ánimos de los ciudadanos. Si el jefe de gobierno se campea como macho de cantina, retando a otro varón, a ver quién es quién, creo que sí puede ser actor de influencia en esta representación de carpa.

Esa foto sí la traigo a cuenta pues me parece que no hay que dejarla pasar. No deje usted, lector lectora querida de analizar a  los lambiscones que aprueban las faltas de respeto de su jefe.

El señor de los Blanquillos,  foto tomada de http://www.eluniversal.com.mx/notas/704176.html.

miércoles, abril 20

Inimaginable / Imaginable

Creo que aunque cognositivamente puedo tener muy claro el hecho de perder un hijo, y de perderlo a la mala, no a ritmo de vida sino al machetazo de la violencia, no puedo imaginarnarme la angustia, la pena y el dolor desgarrante qué como padre debe experimentarse ante la ruptura de existencia por el capricho, gusto o interés, de quién renuncia a su humanidad y se rebaja a la bestialidad más instintiva robando, de una vez y para siempre, todo aquello que amábamos e incluso aquello que añorábamos.

No es natural, y en ello concuerdo, que los hijos mueran antes que los padres...concuerdo también en que uno cae en la nada pues no hay palabra que sea capaz de definir esta realidad que vacía de todo sentido lo que antes podía experimentarse. El dolor en este sentido es inconmensurable, verdaderamente inimaginable. Tal ves lo que cala más, es que en medio de la pena, el mundo sigue girando y no se detiene como nosotros. Ese devenir es un desafío, y en ello recuerdo un texto de Magris, sobre la aparente pérdida de un hijo por un padre que se ve obligado a darse cuenta de que la vida sigue a pesar de su dolor. Todo la reflexión la desata una poesía que ahora me permito reproducir aquí:

"La hamaca pequeña / está vacía... en el silencio / mira la luna alta sobre los rebollos / ...el agua del río fluye hacia los rápidos / -¿fluye?-...las hojas caminan con el viento: /toda la selva se mueve. / También tu canoa / me mece en el río-. / Sólo tú estás inmóvil / bajo la gran Piedra negra. / Y yo que creía que todas las cosas / vivían sólo por ti..."
Mucho se ha dicho del abandono de la poesía por parte de un padre dolido, y que ha sido afectado por la espiral de la violencia. Sin embargo, creo que la poesía, a pesar de los horrores humanos, no puede dejar de esta presente y ser modo de expresión de aquello que verdaderamente nos hace humanos. Tal vez la poesía misma que Magris rescata y nos presenta sea prueba de ello, tal vez no. La poesía, a pesar de la tragedia y tal vez por la tragedia, nos permite continuar. Espero que quien por ahora la deja a ella regrese pues puede ser un bálsamo y un remedio en la medida en que ella misma comunica el dolor de forma completa y profunda. Dicen lo que saben de duelos que para liberar el dolor primero hay que sentirlo, y la poesía me parece la vía más adecuada. 

No obstante, aunque no puedo imaginar la tragedia sí existe algo que puedo imaginar.

Puedo imaginar la derrota, el pacto, el acuerdo perverso con quien es incapaz de brindar su palabra; y esa imagen que viene a mi mente no es en modo alguno alentador. Un pacto supone no resolver sino disolver, dilatar una probable respuesta y clausurar aquella esperanza de que es posible alcanzar algo mejor que lo que ahora tenemos. 

Probablemente la estrategia que se sigue no sea la adecuada, ¡ajustémosla!; pero clamar por un retorno a lo que antes era, un estado permisivo que aprobaba en lo oscuro y arreglaba en lo ilegal, no puede ser deseable. Me parece que el dolor  a veces, cuando es así, inimaginable, nos hace perder el rumbo y nos deja a la deriva de toda aquella experiencia de vida que exime la razón de nuestros juicios.

miércoles, abril 6

49 relatos y 14 predilecciones


Foto obtenida de http://www.ithl.org.il/author_info.asp?id=141

 

Supe de Keret, al igual que Pavic´ , por la cápsula de @pepegordon en primer instancia (clic aquí), pero en último término por la posibilidad que ví de una breve historia, para la creación de un proyecto de promoción literaria que la circunstancia ha relegado al terrreno hipotético de lo que pudo ser y no ha sido. Por ambas razones, la cápsula y el taller frustrado, me dí a la tarea de acechar a sexto piso, con tal de hacerme de un ejemplar. 

Me encontré así, de repente, con un prometedor escritor a quien me atrevo a recomendar, y en el que he reencontrado el gusto por el cuento como género literario clasificable (ver post al respecto), en los árduos e intrincados ámbitos de clasificación hectorsampierirubachianos, como hobby reflexionante y ampliamente disfrutable. 

Pero no es un simple gusto, no es una moda pasajera como paseo de producto por centro comercial en sus diversas representaciones, pues en “Extrañando a Kissinger”  he encontrado el reflejo de la novela al concatenarse las historias cuenteadas, sin mayor vinculación que ser en sí mismas obras de la misma pluma. 

Una historia te lleva a la otra y, aunque una existe independientemente de otra, la segunda siempre se revela como derivación de algo que no tiene nada que ver con lo que ahora se manifiesta a los ojos del ávido lector quien no puede dejar de reconocer que: la fascinación de un cuento es directamente proporcional a la fascinación experimentada por la lectura del cuento que antecede a lo que ahora maravilla. Espejo sobre espejo que genera miles de imágenes posibles, relacionadas a un patrón caprichoso que bien puede no manifestarse si así le da la gana, frágiles veletas de un autor nos revelamos los lectores ávidos de nuevas formas de contar las mismas historias de siempre. Vanidad de vanidades literarias, corrigiendo hoy al Eclesiastés. Círculo infinito que empieza en uno y termina en otro, ayudado por quien escribe, a miles de kilómetros de distancia, en una tarde israelita que se manifiesta en no pocas páginas reflejando su cultura y su modo de experimentar la vida del día a día.

Como lector curioso es imposible no fascinarse por la secuencia que puede sugerirnos una frase, una situación, a veces una sola palabra, y hasta la idea que el protagonista no revela pero el lector intuye en cada clave revelada que se rehusa a revelarse plenamente. Misterio dentro del misterio, semilla dentro del origen. Ir y venir, venir e ir, huevo y gallina. Gallina y misterio, alterando los huevos de quien se precia hombre culto. Escritor desafío, cuento articulado, condena en redención, redención en castigo. 

Keret se me revela como el maestro de la asociación libre de todo lo que hasta hoy he leído. “X” facilita “Y” que, a su vez, permite “P” y sugiere entonces la posibilidad de “Z” puentéandose así a “W”; brindando espacio a la respiración que, sumada a lo anterior, recrea “T”  y se resume, todo, en “D”, sin negar la posible derivación en “L”…y aunque uno, simple lector y escribidor incipiente, es incapaz de observar la relación lineal entre “X” y “L”, intempestivamente estalla en nuestro rostro “U”, como la conclusión de todo el camino de la misma manera en que la granada suele “brincar” en manos del soldado inexperto y/o descuidado revelándole su falta de pericia en el límite de la experiencia vital. Demasiado tarde, horizonte en el horizonte.

He hablado antes de la primacía de la forma en la narración y me parece que Keret alcanza doctorado en este acto de cambiar, renovarse, adecuarse, pero sin perder la esencia que como escritor le brinda sustancia. 

Entre los relatos disfrutados, éstos han dejado particular huella y entre toda la recomendación me atrevo a sugerirlos como puntos de visita obligatoria al escritor: 

  • Romper el cerdito,
  • Cumpleaños sin mago, 
  • El truco del sombrero, 
  • Un agujero en la pared, 
  • Un cuadro, 
  • Mi hermano está deprimido, 
  • La triste historia de la familia Nemalim,
  • Listo para disparar,
  • La novia de Korbi,
  • Buenas intenciones (una verdadera joya, y "el cuento" de Keret, para mí), 
  • Que se mueran,
  • La pasta de la que están hechos los sueños,
  • Los Santini voladores
  • Las aventuras de Gdidin contra el espionaje
 Espero que quien esto lea pueda hacer también su listado de predilecciones, aunque es difícil elegir y en ocasiones como ésta es hasta un arte poder clasificar los gustos. ¡Suerte!

A quien esto interese: 

KERET, Etgar., "Extrañando a Kissinger"., Trad. Ana María Bejarano., 2a. Edición., Ed. Sexto Piso., 2009., p. 205., ISBN 978-607-7781-00-4