sábado, diciembre 29

De ascensos y descensos

Cartel Pelicula La ultima cima - infinitomasuno

 

La idea de la subida a la montaña siempre ha estado presente. No sólo como referencia lejana sino como una analogía constante. Lo recuerdo desde los retiros espirituales en los que participé en mi ya cada vez más lejana adolescencia. Vivir un retiro católico, para mí, tenía mucha semejanza con el montañismo. El ascenso, la cima y el descenso. No es que hubiera los mismos peligros pero de igual forma exponías la vida buscando aquella conversión que pudiera hacerte un cristiano de una pieza. Recuerdo en este post al Hermano Jorge, lasallista poblano, como un gran aficionado a la montaña. Con él, a través de su historia de  vida, pude constatar que la analogía de la montaña se amplia no solo a la experiencia de vivencia de un retiro sino a la vida de la fe de manera completa. Nuestra fe es una montaña que debemos conquistar, a lo largo de la vida hay momentos de ascenso y de descenso; lo importante, sin embargo, es no perder de vista la cima.

La idea de la subida, sin un acento sanjuanista necesariamente porque en dicha materia soy considerablemente inexperto, me recuerda en otro sentido que el proceso de conversión personal, a lo largo de toda nuestra vida, se parece mucho al trabajo esforzado, silencioso y generador de un tallador de madera. He comparado hace un tiempo, justamente dentro de un retiro al que fui invitado a dar una plática respecto mi experiencia en la vida de la Iglesia (que no es mucha debo decir), el proceso de conversión personal con la generación de una pieza única a partir de la madera que Alguien talla delicadamente. Dios también, como el supremo artesano, nos ha hecho únicos y va tallando su obra con el tiempo, ¿qué otra cosa puede ser nuestra madurez?, con nuestro tiempo. Para mí, siempre ha sido curioso como la madera, puede cobrar vida útil en más de una dimensión específica y como puede ser la materia prima para muchas reflexiones sobre el sentido de la vida de hombre. Pinocho, de quien he escrito aquí antes, es un ejemplo de la madurez de estas reflexiones sobre la necesidad de volver auténtico aquello que puede estar condenado a vivirse como artificial.

El camino de conversión tiene para mí entonces, como imágenes específicas la ascensión y descenso de una montaña y el trabajo de un artesano con la madera. A estas pobres inferencias ha venido a dar luz la participación como observador de quien esto escribe respecto una cinta específica: “La última cima”. Documental español de 80 minutos que ha detonado considerables reflexiones posteriores que no he podido cuantificar en tiempo.

Considerar la participación directa de Dios en el mundo de hoy es todo un reto. Ha dicho el Papa recientemente, en la preciosa homilía de Nochebuena, que no acostumbramos dejarle espacio dentro de nuestra rutina, pareciera que hay cosas más importantes y no estamos dispuestos a la renuncia respecto nosotros mismos. En “La última cima” podemos conocer la vida de un sacerdote que ha dicho de sí mismo en el momento justo de su consagración sacerdotal “Yo ya no me pertenezco”, pues ha dejado que Dios inunde su vida completamente;  todo lo que hace, dice o expresa con aquellos que le rodean, se hace pensando o diciendo o expresando la fe respecto Dios y la Vida Eterna que nos ha ofrecido mediante el sacrificio de su Hijo.

Pablo Domínguez Prieto es el sacerdote español que llevó la vida de fe como una vivencia en la Montaña al límite, buscando la cima que le acercara a Dios, es la historia que sirve de pretexto para hacer a Dios protagonista de una historia que toca corazones y que no nos dejará como meros espectadores. Mediante la historia de Pablo pensamos en nuestra historia, mediante la fe de Pablo, podemos pensar en nuestra Fe, y como se dice a la Virgen, pedir que se pueda incrementar. Una historia que puede detonar tu propia historia, así podría yo resumir mi experiencia con esta cinta.

Por una cinta que vale la pena observar y analizar dejo aquí los datos de contacto, tanto de la película como de la casa productora que ya cocina diversos proyectos nuevos que, estoy seguro, me permitirán postear algunas cosas más.

Web de la cinta, puedes ver los primeros 5 minutos de la cinta. http://www.laultimacima.com/mx/

Web de la productora. http://www.infinitomasuno.org/

jueves, diciembre 6

Donde están tus decisiones está tu corazón

Alguien me hizo reparar alguna vez en las promesas banas que dan algunos sectores o empresas respecto aspiraciones y motivos que no son capaces de aterrizar y de cumplir. Me dijo: "recuerda alguna ida al Banco, mientras esperas en la fila que te atiendan en caja, encontrarás muchos carteles, promocionales, diversa folletería incluso, que dice que el cliente es el más importante para dicha institución financiera. Realidad es que el cliente no es importante pues la atención del banco es terrible y te hace perder tiempo". Quienes hemos estado en una larga fila con solo dos cajeros atendiendo y otros 6 limándose las uñas podemos comprender a cabalidad el ejemplo mencionado. ¿El más importante? Sí claro, después de sus utilidades.

Hoy, en estos tiempos que ahora vivimos con un nuevo gobierno iniciando, nos han dicho que lo más importante es recomponer el tejido social en términos de dar un nuevo matiz a la cruzada por la seguridad;  pero en esta labor no han visualizado al aliado estratégico por excelencia: ¡la familia! . Basta decir que aún hoy, no hay nombramiento en el organismo encargado de Políticas Públicas en México relativas a la Familia y no creo que el nombramiento llegue pronto. Es el satélite más alejado del sistema y en pocas ocasiones se le da buen uso. Lo sé por experiencia.

Queremos recomponer el panorama pero no empezamos armando el rompecabezas, nos entretenemos en la caja y en los empaques que guardan las piezas. 

Si se trata de recomponer el tejido social debería esperarse una adecuada estrategia para visualizar a la familia, sujeto social, como una aliada clave. Lo que hoy vivimos, en gran parte, tiene que ver con el abandono de funciones claras que la familia ejercía en términos de soberanía frente a otras instancias sociales. Hoy las fronteras se desdibujan y no encuentro en las propuestas de los nuevos gobiernos, federal y local para la ciudad en la que vivo, alguna idea o acción completa que empodere a la familia, que la responsabilice sobre su rol y decisión, y que motive a un cambio profundo en las relaciones entre sus miembros. Escuche hace poco que nuestras familias más que instancias democráticas deben ser nichos donde se vivan relaciones dignas: ¡necesitamos familias con dignidad!. Señoras y señores del poder y de las decisiones ¡visualicen hoy a las familias no como destinatarias de programas y de intervenciones sino como piezas claves para restaurar ese tejido social que tanto anhelan!

Las decisiones de los poderosos a veces olvidan el detalle, sencillo pero elocuente, de la vida común y ordinaria de los ciudadanos. La familia es nuestro hábitat natural y visualizarla como un espacio vital, que da a la sociedad y recibe de ella, puede ser un rumbo diferente que nos permita hacer algo mejor de lo que hemos venido haciendo últimamente.